La vida nos pone pruebas a todas y a cada una de las personas que vivimos en la tierra, pero ninguno jamás se puede imaginar que tipo de retos o dificultades se nos puede presentar.
Supongo que nadie está preparado para sufrir un abandono, esta es una de las experiencias más dolorosas para una persona, pues al final nos terminamos echando la culpa de todo. Yo he sido abandonada por mi marido y tuve que criar a mis hijos sola, pero de cualquier manera, salí ganando.
Mi victoria es grata y digna de celebrar, porque a pesar de haberme quedado sola con mis hijos, pude salir de mi cama, levantar a mi familia y seguir adelante sin importar nada. Fue duro, eso no lo voy a negar, al principio sentí que moría, no veía con claridad las cosas y llegué a pensar que no podía seguir adelante y que decepcionaría a las únicas personas que me quedaban.
Sin embargo, no todo fue malo. Recuerdo que al salir a la calle para buscar empleo, los nervios y el miedo me carcomían, pero todo valió la pena, pues conocí a muchas personas en mi área laboral, mi familia me apoyó, sobre todo mi hermana, quien me cuidaba a los niños mientras yo trabajaba, Me probé a mi misma que no dependo de un hombre para obtener lo que quiero ni mucho menos para criar a mis hijos. Pude hacerlo y me siento agradecida con Dios por eso.
Me alegro demasiado cuando recuerdo que estuve en cada presentación y obras de mis hijos, los vi crecer física y mentalmente, estuve para ellos en sus alegrías, tristezas, victorias y derrotas, les enseñe el valor de la familia, el respeto mutuo, la importancia de mantenernos juntos y lo más importante, los ame y los sigo amando con locura, procurando demostrarles cada día de mi vida.
¿Sabes? Jamás tuve la necesidad de hablarle mal de de mi ex marido a mis hijos, ellos mismos, con el pasar del tiempo, se dieron cuenta de la clase de persona que él fue. El se perdió toda la vida de nuestros hijos, prefirió seguir sus sueños y no pensó en el futuro de quienes algún día llego a amar, porque una persona que ama no abandona, eso me quedo muy claro.
Sin embargo, le agradezco infinitamente el hecho de que nos haya dejado, porque gracias a él me di cuenta que soy una mujer luchadora y capaz de valerme sola. Mis hijos nunca lo necesitaron, siempre me tuvieron a su lado y, en su defecto, a mi familia. Vivimos muchas experiencias dolorosas, como todo cambio, pero ahora, nos quedó el valioso aprendizaje de que unidos todo se puede lograr, y que Dios no desampara a sus hijos.
Si estás pasando por algo parecido, o ya lo has vivido, sigue adelante y jamas te rindas, Dios tiene un propósito para nosotros y no pondría obstáculos si no supiera que puedes superarlos.
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