Diosito, disculpa que te distraiga, ya sé que estás muy ocupado cuidándonos, pero quiero hacerte una pregunta muy importante para mí:
¿Cuánto tarda en regresar un papito que se va al cielo?, déjame platicarte; hace muchos días mientras veía una película en la televisión sonó el teléfono, mi mami contestó, la vi muy angustiada, y sin darme explicación alguna me llevó a casa de mi tía Rosa, ella es hermana de mi mami y me quiere mucho, allí me dejó toda la noche.
Al otro día no me llevaron a la escuela, ¡qué alivio! A propósito soy el más aplicado de la clase. Todos en la familia lloraban y salían de la casa a cada rato, todos excepto alguien, mi papito, a quien no veía por ninguna parte, ¡qué raro!
La noche anterior no llegó a dormir y lo peor es que esta vez no me avisó por teléfono.
Cuando pregunté a mi abuelita, ¿dónde está mi papito?, tan sólo me abrazó y se soltó llorando sin darme respuesta alguna.
Lo mismo ocurría cuando le preguntaba a otro miembro de la familia, hasta que por fin, mi madre se decidió a darme la respuesta: ¡se fue al cielo!. ¿Al cielo?, ¿por eso lloran?.
No se preocupen, él siempre regresa y cuando lo hace me colma de dulces y juguetes y me promete que no nos volveremos a separar, pero ya sé; lo vuelven a mandar de viaje en su trabajo.
Diosito, esta vez se ha tardado mucho en regresar, todas las noches espero sentado en la sala a que llegue, me asomo por la ventana y miro al cielo pensando cuándo regresará, hasta que me vence el sueño y mi mami me sube a la recámara.
Disculpa, estoy llorando. Al despertar lo primero que hago es correr a su cama esperando verlo acostado.
Apenas suena el teléfono y corro a contestar esperando sea él. Desde que se fue ya no juego por las tardes, y aunque mi mami me ayuda ya no me sale igual la tarea.
En el transcurso del día, por la mañana, se me olvida un poco cuando estoy en la escuela. Por la tarde empieza el sufrimiento y ya entrada la noche es un tormento.
Cada vez lloro su ausencia y pregunto: ¿papi dónde estás?. Miro hacia el comedor y parece que lo veo sentado tomando sus alimentos platicándome de su trabajo del día.
Dime Diosito: ¿tu papi alguna vez te dejó por tantos días cuando tú estabas pequeñito para ir…, bueno en tu caso, para ir a la tierra?
¿Alguna vez viviste lo feo que se siente separarse del ser que más quieres y que porque deseas verlo no regresa?
Ni te lo imagines, ¡ES HORRENDO!, por eso te escribo esta carta Diosito, para que se la entregues a mi papi y le digas que regrese pronto porque siento que me muero.
Dile que regrese aunque no traiga juguetes ni dulces, ya no lo estoy esperando con un regalo.
Ahora mi mami me lleva al parque con más frecuencia, pero sin mi papito nada es divertido.
Me dicen que cada día estoy más flaquito, que debo comer bien y, sin embargo, ya ni la nieve me la puedo comer. Todos los días miro sus fotografías.
¡Qué felices éramos! No entiendo por qué no se pudo regresar. Diosito, ayúdame y dile a mi papi que regrese por favor; coméntale que ya puedo manejar solo la bicicleta, todos los días limpio su carro para que esté bonito para cuando regrese; por las tardes en lugar de ver la televisión cepillo sus zapatos para que luzcan bien; mi mami insiste en sacar su ropa del closet y guardarla como si nunca fuera a regresar mi papi, pero apenas se descuida y nuevamente la cuelgo en su lugar; -claro que, primero la limpio-, sobre todo su traje azul el que más le gusta.
Ayer me puse sus lentes y una de sus corbatas porque así quería ir a la escuela, -¡claro!-, mi mami me lo impidió. Cuando yo esté grande quiero ser como mi papi.
Por favor Diosito, dile a mi papi que prometo lavarme los dientes, comer bien todos los días, dormir temprano, pedirle menos que me lleve al parque, no ensuciar mi, no tocaré más sus cosas ni rallaré las paredes, no le pediré mas para dulces, todo, todo lo que sea, pero por favor le suplico que regrese.
A veces pienso que mi papi se fue porque me he portado mal e inmediatamente le digo:» papi, donde quiera que estés ¡perdóname!, apenas tengo 6 años».
Diosito, tú también perdóname si me he portado mal, pero no me castigues así, quiero jugar nuevamente con él en el parque, quiero sentir su mano que me conduce cuando vamos de compras, quiero ayudarle cuando arregle su carro, quiero escuchar su voz, quiero… quiero…, simplemente quiero verlo y decirle cuánto lo amo, cuánto lo extraño, daría todos mis juguetes a cambio de que por lo menos me hablara por teléfono.
Diosito, ya regrésalo a mi lado, me he portado bien. Dime, ¿qué hice para merecer esto?
Diosito, la casa se siente vacía; ya no sé sonreír.
Por favor Diosito, responde a mi pregunta porque al parecer nadie lo sabe: ¿Cuanto tarda en regresar un papito que se va al cielo?
Diosito, si es muy difícil que regrese…, nada mas dímelo…, llévame con él, lo extraño mucho y yo estaria feliz de ir con él.
P.D. Diosito, el domingo pasado fue día del padre y mi papi no vino por su abrazo.